Vaquera

Rafael Arcos se corona en Córdoba como el mejor jinete de la actualidad

rafael-arcos-con-orujoLa alta competición no tiene sorpresas. El trabajo bien realizado, el entrenamiento constante, la búsqueda de la perfección tiene, en los deportistas de élite, un resultado gratificante. En el Campeonato de España de Doma Vaquera del 2016 se vio hacia dónde va la disciplina y se hicieron evidentes actuaciones que pueden ser fundamentales para que la vaquera logre entronizarse en todo el territorio nacional.

Fue un campeonato de calidad, que se plasmó principalmente en la segunda clasificatoria, donde hubo un nivel muy alto de caballos y jinetes. Fue una clasificatoria muy selectiva, y la prueba estuvo en la final del domingo. A las cuatro de la tarde, con unas gradas prácticamente llenas con aficionados llegados de toda España, principalmente de Andalucía, aunque se podía hablar de vaquera con gentes de Madrid, Valencia y otras provincias españolas, además de italianos, colombianos, norteamericanos o franceses. Fue un domingo de vaquera en la que nadie del público supo si hacía o no calor. En el cuadrilongo cordobés solo hubo vaquera. Y solo se pensaba en la vaquera.

Rafael Arcos mostró, de manera discreta, que está en un momento excepcional. Callado, trabajando con sus dos monturas, ‘Orujo’ y ‘Disparate’, consiguió el primer y segundo puestos en el total de las dos clasificatorias. Habló en la pista de 20 por 60 con una clase extraordinaria. Estaba empatado en la clasificación general en el segundo puesto, antes del Gran Premio Especial, con Álvaro Teba y su inseparable ‘Tiburona’, aunque a distancia de Arcos y ‘Orujo’, primeros, –289,20 para el de Umbrete y su cruzado alazano y 283,40 para el de la Palma del Condado y su yegua–. En tercer lugar, empatados también a puntos –279,90– , José Ramón Pérez Chamo con ‘Bacardí’ y Jonatán Peña Cordero con ‘Talavante’.

La tarde del domingo estaba en calma, o esa era la impresión de los asistentes a la final. El sorteo para el orden de salida del Gran Premio Especial deparó que la final tuviera lugar al principio. El primero en salir al cuadrilongo cordobés fue Rafael Arcos con ‘Orujo’. El caballo, que se despide de la competición con el umbreteño, relajado. El tetracampeón, tranquilo. Una puesta en escena perfecta. Un paso y un galope perfectos. Unas transiciones sin percibirse apenas. Unos ejercicios perfectos. Equilibrio, armonía, relajación, rectitud, incurvación… ‘Orujo’ parecía que no hacía ningún esfuerzo. Un altísimo nivel el del binomio. Quizás la mejor definición la dio un jinete muy respetado en el mundo de la vaquera, Joaquín Aguilera. Para el cordobés lo que hizo Arcos “es la reprise que cualquier jinete sueña con hacer”. Arcos ya era campeón. Parecía que lo era sin esfuerzo, pero detrás había mucho trabajo. El domingo conquistó su quinto oro nacional, siendo el jinete vivo que más preseas de este metal posee –aunque el maestro Joaquín Olivera lidera el ránking con nueve medallas de oro–. Arcos es el vaquero que más campeonatos de Andalucía tiene y más copas del Rey de la disciplina. Arcos ha conquistado cinco campeonatos de España con cinco caballos diferentes –y este año ha sido campeón de Andalucía con ‘Disparate’ y de España, a las tres semanas, con ‘Orujo’–. Arcos es el jinete que más proyección tiene en la actualidad. Es un competidor nato. Compite contra él mismo.

Tanto el sábado, en la segunda clasificatoria, como el domingo durante toda la mañana y la tarde, hubo posicionamiento de los aficionados. La vaquera es una doma pasional y la pasión se vive alrededor del cuadrilongo. Los arquistas, argumentando que la diferencia era insalvable y que el jinete de Umbrete sería coronado en Córdoba con su quinto oro. Los tebanos soñando, con fundamento, que Álvaro conquistaría su primer metal dorado. Y llegó la hora del jinete onubense. Salió con su yegua cruzada alazana, después de conocer la soberbia actuación de Arcos. Y salió a hacerlo bien. Como así fue. Pero la experiencia se nota, aunque esta misma experiencia la está adquiriendo Teba. Sangre fría, perfectos ejercicios. Pero a veces salir primero es una ventaja, siempre que se sea un gran campeón. Va dejando un nivel que es muy difícil de alcanzar. Y aunque Teba lo intentó con un excelente Gran Premio Especial, no fue suficiente. Se colgó la plata en Córdoba. Subió un escaño más. Y lo subirá en el futuro porque es también un competidor nato. Un futuro campeón de España.

Y el bronce… Quizás no ha habido en un campeonato de España un bronce mejor trabajado y luchado por dos jinetes que se lo merecieron y que el público estuvo de acuerdo en ello. Jonatán Peña con ‘Talavante’ –también clasificó para la final a ‘Rompesueño’– y Chamo con ‘Bacardí’.

El Gran Premio Especial está sacando de los jinetes vaqueros lo mejor de ellos. Saben coordinar la doma de la tierra con la música nacida en Andalucía. Y los guiños a Córdoba fueron constantes, como el fondo musical con una composición del guitarrista cordobés Vicente Amigo; la letra de la reprise de Amador Martín con el estribillo “Córdoba de mis amores”; o el Canto a Córdoba del maestro Pepe Marchena que sirvió de preámbulo a Peña Cordero. Dos excelentes reprises. Dos merecedores de la medalla de bronce. Pero Chamo tuvo la mala fortuna de herir en el codo, con el estribo, a ‘Bacardí’. El de Gibraleón lloró cuando el presidente del jurado lo descalificó por el fastidioso artículo 12 del reglamento. El presidente se emocionó. El público se emocionó y parte de él lloro con Chamo. Aplausos y el reconocimiento de Rafael Arcos cuando recibió su oro para José Ramón Pérez García. Otro compañero de Chamo, que realizó un Gran Premio Especial, se colgó merecidísimamente el bronce, Jonatán Peña.

Un jinete que el año pasado dejó un sabor especial en Córdoba y que este año ha sido reconocido, aunque como su hermano mantiene un bajo perfil, consiguió el cuarto puesto, Francisco Antonio Arcos con el tordo lusitano ‘Zaire’. La quinta posición fue para un tetracampeón de España, el jinete con mejor asiento, clase, que lleva mejor las riendas y, con sabiduría de equitación, mantiene el aire vaquero con unas vueltas al galope únicas, echado el animal en los posteriores, con viveza, como todo lo que hace. Se trata del maestro Francisco Díaz Rodríguez, que con ‘Heno Fo 21,50%’ dio testimonio de pura doma vaquera.

Una organización extraordinaria, a cargo de la Asociación Andaluza de Doma de Campo, que vuelve, por tercer año consecutivo a poner el listón muy alto como comité organizador. Un público entregado y apasionado que se emocionó, vivió, disfruto, lloró y aplaudió una manera peculiar y singular de domar y montar a caballo. Un jurado que pasó más desapercibido que en otras ocasiones, aunque algunos aficionados con conocimiento del reglamento y de la vaquera, se quejaban de que en algunos ejercicios los jueces no se atenían a lo que marca la norma federativa, relajándose en el criterio. Pero un campeonato, en definitiva, de vaquera de verdad, con calidad, emoción, pasión e ilusión de futuro. Un campeonato como Córdoba sabe organizar.

TEXTO: ANTONIO T. PINEDA
FOTOS: RAMÓN AZAÑÓN

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