Córdoba le sienta bien a Rafael Arcos, pues en esta tierra se han disputado dos de las finales más emocionantes de la disciplina. Y las dos con su presencia. La primera fue en 2005, en Castro del Río, en el campeonato organizado por Córdoba Ecuestre, una semana después de que el Ayuntamiento de Castro del Río y la Peña Caballista Virgen de la Salud fueran responsables de la celebración del Campeonato de España de Doma Clásica. En esta ocasión tuvo lugar una final de titanes, entre Joaquín Olivera Peña con ‘Turronera’ y Rafael Arcos con ‘Bambi’. Duelo de centauros donde la vaquera y la equitación emanaban por todos lados. Emoción en las gradas y la pista hasta que al final se proclamó campeón de España Joaquín Olivera. Rafael Arcos ganó la medalla de plata. Aquel fue el último campeonato de España que ganó el maestro de Coria del Río . El de Umbrete ya se colgó la medalla de oro en el Campeonato de España del año anterior en Gran Canaria. Y en el 2014, nuevamente en Córdoba, en el XLIII Campeonato de España de Doma Vaquera organizado por la Asociación Andaluza de Doma de Campo, ha tenido otra final de leyenda, que si en Castro del Río dio la octava medalla de plata al maestro Joaquín Olivera Peña, en Córdoba ha conseguido su cuarta corona nacional Rafael Arcos González, igualando a su admirado Luis Ramos Paúl, de quien aprendió a valorar y disfrutar de esta manera tan peculiar de domar y montar caballos en Andalucía. En esta final de leyenda de ayer en Córdoba participó Arcos y un vaquero de pies a cabeza, otro sevillano, de Villanueva del Río y Minas, Diego Peña; otro centauro que está entrando en la mitología de la vaquera. Fueron tres mil personas las que presenciaron en la Hacienda La Albaida una clasificatoria en la que Arcos, con ‘Elegido 50%’ arriesgó, emocionado, dando todo lo que tenía, para intentar conseguir el oro. Peña, con ‘Mandarino’, realizó un ejercicio serio, elegante, en su estilo, compitiendo por el placer de competir y dando la sensación de que sólo quería eso, competir. Al día siguiente, en la prueba de Gran Premio, la suerte quiso que Arcos saliera primero y Peña tercero. La prueba con música de Rafael Arcos estuvo estudiada, con una magnífica puesta en escena en la que el umbreteño volvió a arriesgar, sabiendo que es el único camino para ser campeones. Equilibrada y muy emocional, Arcos quizás no estuvo a gusto como él desea, pero intentó alcanzar la perfección con su técnica y maestría, demostrando su gran dominio de la vaquera. Distinta fue la prueba de Diego Peña. Vaquero hasta el último cairel trabajó sobre un montaje musical que posiblemente no llamara la atención del público en general, pero que arropaba toda la esencia del trabajo en el campo. Menos histriónico, dio una lección de lo que es el tajo con las reses. Unos pasos de trabajo que “quitaban el sentío”. Aire vaquero en sus apoyos y vueltas al galope y salir cambiando. En el Gran Premio tuvo “chispa”. Al final se mantuvieron los dos primeros puestos como durante toda la competición: primero Arcos, medalla de oro; segundo Peña, medalla de plata. Duelos como esto se ven de tarde en tarde. El bronce, lo consiguió Pedro Manuel García Daza montando a ‘Manzanillo’, que realizó un Gran Premio en el que fue de menos a más, con gran pasión y técnica, concluyendo arreando y dando una vueltas espectaculares. Destacar la actuación del jinete de la Palma del Condado, Álvaro Teba, con la yegua ‘Tiburona’, que finalizó cuarto en su primer Campeonato de España, y del castreño Joaquín Aguilera con ‘Irán de Cavaignac 48,14%’, que finalizó séptimo en la general pero que en la fase clasificatoria, en la que concluyó sexto, tuvo, según numerosos aficionados y expertos en la vaquera, que haber alcanzado uno de los primeros lugares. Dos momentos destacados fueron el saludo que el vaquero Juan Manuel Cadena Ledesma hizo a su compañero, el jinete lebrijano José María García Jarana ‘El Cachorro’, que se encontraba en la grada, no habiendo participado en esta edición. El segundo, la retirada de la competición del caballo ‘Nonio’, de Antonio Machado Orta, cortándole el mosquero de la cabezada en la pista tras la finalización del campeonato. La organización estuvo a la altura de un Campeonato de España, con unas atenciones a los jinetes que han sido valoradas positivamente por ellos, al recibir un trato que hasta el momento no habían tenido. Asistieron aficionados de Francia, Portugal, Alemania e Italia y de toda España, convirtiéndose Córdoba, durante tres días, en la capital del caballo, nuevamente. Gran ambiente en la Hacienda La Albaida, con una zona expositora diversa con muchos visitantes, lo mismo que durante las exhibiciones, talleres y actuaciones musicales. Destacar también la música en directo durante la fase clasificatoria, que dio un toque de calidad nuevamente. Y, quizás, quien mejor definió este campeonato fue Pepe Navalón: “Ha sido una fiesta y con mucha calidad”.
CLASIFICACIÓN
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